lunes, 23 febrero 2015, 03:33
Los Óscar 2015 coronan a 'Birdman'
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Llegan los Óscar y arrasan con todo. Otro año más, y van 87.Toda la parafernalia está perfectamente engrasada, hasta la lluvia parece que estaba prevista. No lo estaba. La alfombra roja, como siempre, entre decepcionante y muy decepcionante. Nadie dice nada interesante, normal. Entre las féminas, varios escotes de vértigo y algún vestido que hace replantearse qué espejos tendrán en casa. Ellos asumen menos riesgos, mejor.
Neil Patrick Harris, el presentador, comienza la gala cantando y, desde el primer momento, se gana al auditorio con una ágil actuación perfectamente flanqueada por Anna Kendrick y con Jack Black como invitado inesperado. Desaparecen mis reticencias iniciales, este tipo promete. Veremos.
Comienza Lupita Nyong'o entregando el Óscar a J.K. Simmons por 'Whiplash'. Esperado y justo. Hora de las categorías más técnicas y menos interesantes, lo que significa que un rosario de actores de primera fila desfilan por el escenario para mantener un mínimo interés. A las 3:10 horas nos llega la decepción patria. 'Ida', la estupenda película polaca y gran favorita como 'Película de Habla no Inglesa', se hace con el galardón, lo que significa que los 'Relatos Salvajes' producidos por Pedrooooooo se quedan sin premio. Seguimos.
Neil Patrick Harris decide a las 3:40 que ha llegado el momento de empezar a dejar de ser un presentador más. Hasta el momento iba más en la línea de Bob Hope que de Ellen DeGeneres. Es su momento y, con la excusa de parodiar a 'Birdman', decide salir al escenario en calzoncillos. Como era de esperar, el momento se celebra entre las primeras filas...
Tras el 'momento Patrick Harris', es el turno de las actrices de reparto. Jared Leto pronuncia el nombre de la gran favorita, Patricia Arquette. La hermana de Rosanna, con imagen de abnegada madre, recoge un galardón, otro más este año, que parecía cantado. Bueno para 'Boyhood', malo para los que recordamos el lado más salvaje de Patricia en películas memorables. Meryl Streep, que con el de este año ha perdido 16 Óscar, se lo toma con humor, seguro que tener ya tres estatuillas ayuda.
Las categorías más técnicas se adueñan, de nuevo, de la noche. Más vale que pase algo pronto, ya sea un número musical o que Neil Patrick Harris vuelva a ponerse en calzones, porque la gala decae a pasos agigantados. Tarda demasiado la actuación musical de John Legend pero, al menos, despierta del letargo a todos los figurantes que asoman por las primeras filas del teatro Dolby. El aplauso despierta a más de uno.
Los pesos pesados empiezan a asomar. Benedict Cumberbatch, ahora sin petaca, luce blanco y radiante. John Travolta, que llevó a su cirujano plástico un madelman para que lo utilizase como inspiración para su nueva cara, aparece sonriente. Quizá demasiado, no lo tengo claro. En cualquier caso, el público agradece la presencia de dos buenos actores, independientemente de las fobias particulares. Es hora de buscar ritmo o la gala será irrecuperable.
Llega el séptimo de caballería de la mano de Scarlett Johansson. Su ajustado vestido verde y su peinado imposible no son demasiado favorecedores. De los pendientes ni hablamos. Da igual, el personal está a lo que está. En esas que presenta la actuación de Lady Gaga, que ya ni parece Lady Gaga. ¿El compromiso matrimonial la ha domesticado? Qué será lo siguiente... Pues lo siguiente es Julie Andrews, la primera gran ovación de la noche suena atronadora. O casi.
Oprah Winfrey, la popular presentadora, productora ('Selma') y reina de la lista Forbes año tras año aparece embutida en un vestido sacado del armario de una de las figurantes de 'Lo que el viento se llevó' para entregar el Óscar al Mejor Guión Adaptado a 'The Imitation Game'. El emotivo discurso de Graham Moore, hablando de sus ansias suicidas en su difícil juventud y de cómo se puede salir del hoyo arrancan, de nuevo, los aplausos.
Ben Affleck le entrega a Iñárritu su primer Óscar como director en su cuarta nominación en diferentes categorías. El director mexicano, más escatológico de lo que cabría esperar, se centra en la figura de Michael Keaton. Bien por Alejandro, la Academia reconoce su talento y el riesgo que toma en todos los proyectos en los que se embarca.
Turno de Cate Blanchett para entregar el Óscar al Mejor Actor. De nuevo, el favorito en todas las quinielas, el británico Eddie Redmayne, impresionante en 'La Teoría del Todo', cumple con los pronósticos. Su sincero y amable discurso demuestra que este Eddie es un buen tipo. Su mujer le aplaude con fuerza desde el patio de butacas. Bonita imagen familiar. Que pase el siguiente.
Matthew McConaughey, ese extraño caso de actor denostado por la crítica que en 15 meses se ha ganado el respeto de la profesión (Gracias 'True Detective', de nada 'Dallas Buyers Club') le entrega el Óscar a Julianne Moore, quinta nominación a sus 49 años, por 'Siempre Alice'. La excelente actriz no puede contener las lágrimas, quizá para empatizar con el público que se enfrenta con esta dura y realista película que no hace concesiones. Bien por Julianne, ya nadie recuerda, por suerte, que aparecía en 'Asesinos' entre Stallone y Banderas. Mejor.
Sean Penn, desde hace unos meses conocido como el tipo que sale al lado de Charlize Theron en las fotos, entrega el Óscar a la mejor película a su amigo Iñárritu por 'Birdman', sin duda, la gran triunfadora de la noche. Discurso reivindicativo de un director que ya es héroe nacional en México.