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Por Carlos Sacristán

lunes, 29 febrero 2016, 01:24

Crónica de los Óscar 2016

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Nueva edición, viejos invitados. En los Óscar todo cambia para que algo cambie. Sencillo. Se reinventan cada año buscando el imposible de la gala perfecta. Todo el mundo tranquilo (?) que llega Chris Rock. No sé qué es peor. Bueno, sí, el del año pasado. Seguro que este cómico afroamericano es un tipo ingenioso, pero le falta algo. Es como si metieras en una coctelera a Martin Lawrence y Antonio Machín. Parece como que algo no cuadra. Espero que no se cargue la gala gesticulando más de la cuenta. Si Marcel Marceau levantase la cabeza...

La alfombra roja es (mucho) más de lo mismo. Preguntas sencillas acompañadas de respuestas que lo son aún más. Perfecto. El guión está para cumplirlo, que esto es América. Aparece Paco Delgado, convertido en nuestro diseñador de vestuario de cabecera desde que lo conocimos gracias 'Los Miserables' y ahora un referente gracias a 'La Chica Danesa'. Empiezan a desfilar las grandes estrellas. Iñárritu aparece perfectamente despeinado. Huele el Óscar. Este mexicano tiene olfato para los premios. Di Caprio se deja ver. Está feliz. Sabe que le tocará dar un discurso de agradecimiento. Se emocionará y será el minuto de oro.

Es una edición extraña. Las películas nominadas, aún siendo estupendas, son peores de lo que parecen, menos 'La Habitación' y 'Mad Max', que son tan buenas como parecen aunque es probable que su destino sea la de palmeros de lujo en las categorías más relevantes.

Comienza la ceremonia. Chris Rock alcanza rápidamente velocidad de crucero. Quizá demasiado. Como era de esperar, sobre todo para Will Pinkett o Jada Smith, que tanto monta, se centra en el boicot de varios de los actores negros más populares en en esta edición.

Aparecen en escena Charlize Theron y Emily Blunt. Hay que empezar con fuerza y 'El Mejor Guión Original' para 'Spotlight' parece un buen ticket de entrada. Ryan Gosling y Russell Crowe dan paso al 'Mejor Guión Adaptado' que recae en 'La Gran Apuesta'. La gala está centrada. Ahora hay que empezar a repartir juego. 

Tras los primeros minutos musicales de la mano de Sam Smith con su tema 'Writing's On The Wall', que no pasará a la historia de la gala, Alicia Vikander levanta un merecido Óscar a la 'Mejor Actriz de Reparto' por 'La Chica Danesa'. Minutos después Paco Delgado se queda sin premio. 'Mad Max' le adelanta por la derecha sin poner el intermitente. Otra vez será. Pero Charlize Theron y Tom Hardy no se conforman y ya son media docena las estatuillas que jalonan la cabina de su destartalado camión.

Llega el turno del Óscar a 'Mejor Actor de Reparto' que recae en un excelente intérprete como es sin duda Mark Rylance. Bien por Mark, muy mal por la Academia. Esta estatuilla llevaba grabado el nombre de Sylvester y el apellido de Stallone. Esto es así y punto. 'Creed' era la excusa perfecta para hacer justicia y reconocer que no sólo de Hamlet vive el hombre. Sly, vente a Europa a rodar, aquí te aguantamos un par más de Rockys y uno o dos Rambos. Allí no te quieren. O monta otro Planet Hollywood y envenénales.

Pasado el mal trago por no haber podido ver el botox de nuestro mercenario favorito dar las gracias a los chicos de la academia, llega una actuación musical de primer nivel. Dave Grohl, acompañado de su guitarra, recuerda a los (muchos) fallecidos en 2015 con un sencillo y emotivo homenaje. R.I.P.

Turno de Lady Gaga. La artista, acompañada por un piano blanco, emociona al Dolby Theater con su alegato contra las violaciones y los abusos sexuales en las universidades estadounidenses reflejado en el documental 'The Hunting Ground'.

La gala discurre incierta. Sin noticias de Chris Rock pero con multitud de presentadores negros (sin merienda hasta la galleta de Freeman), el show debe continuar con uno de los los momentos álgidos de la noche: llega el Óscar a la mejor B.S.O. El galardón, recae, como no podía ser de otro modo, en el gran Ennio Morricone por su estupenda labor en 'Los Odiosos Ocho' y, también, como merecido reconocimiento a una trayectoria inigualable. La película de Tarantino, una de las grandes ignoradas de la noche, asoma la pata gracias al genial compositor italiano que, a sus 87 años, sigue marcando diferencias.

Llegan los pesos pesados. Empieza la fiesta con Iñárritu. Recoge su Óscar como el que saca a pasear al perro. Conoce el terreno que pisa y qué resortes tocar para que crítica y público vayan de la mano. Se marca un reivindicativo discurso. Se lo puede permitir.

Sin tiempo de tomar aliento, las actrices salen a escena. Brie Larson, que se pasó un mes aislada preparando su papel, se hace con su primera estatuilla por su personaje de Ma en 'La Habitación'. Merecido premio para un actriz que ahora debe escoger my bien el camino a seguir.

El momento de la noche llega. Se hace esperar, pero ya está aquí. DiCaprio logra su merecido Óscar. Su interpretación en 'El Renacido' es sin duda la mejor del año y, probablemente, de muchos años. La Academia da fe de una situación que estaba cantanda y le hace entrega, con acuse de recibo, de algo que le pertenecía desde hace mucho tiempo. Leo puede pasar página.

Finalmente toca el turno de decidir cuál es la mejor película del año. Morgan Freeman se lo entrega a la correcta 'Spotlight' que cierra el círculo al recoger el primer Óscar de la noche y el último. Se echa el telón, todos a dormir menos DiCaprio. 

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