lunes, 13 agosto 2012, 19:00
Así quedó el medallero musical
En la categoría: En directo
Se acabaron los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y la sensación que le ha quedado a muchos, deportes aparte, es que ha sido la edición más musical de todas. Y no es de extrañar teniendo en cuenta que la isla cuenta con los mejores grupos de la historia de la música. Sin embargo, algunas de las actuaciones que se vieron en la ceremonia de clausura no hicieron honor a su nombre.
A esto se añade el hecho de que también hubo notorias ausencias (Led Zeppelin, Rolling Stones, Paul Weller, Elton John, Deep Purple, Eric Clapton, David Bowie, Black Sabbath, The Police, Rod Stewart, Depeche Mode, The Cure,...) que dejaron al público mundial con cierto sabor agridulce y con ganas de más y mejor. Pero, aceptando lo que fue, lo mejor que se puede hacer es repartir a cada uno lo que se merece y qué mejor sistema que el del medallero olímpico. Empezaré hablando de las cosas que deslucieron por completo una gala que prometía más.
Lejos de las medallas, aunque con diploma olímpico por el simple hecho de haber tocado ante todo el planeta en una cita como esta, podría incluir a grupos como One Direction, una banda de 'peluqueros' más que de músicos que son ahora portada en todas las carpetas de insituto, el para mi gusto poco gracioso Russell Brand, que debería centrarse sólo en la interpretación, y casi ni eso, Tinie Tempah, un rapero como otro cualquiera, y Taio Cruz, uno de esos que salen con el verano.
Y después de este grupo destinado a que los más jóvenes conocieran algo de la gala, pasemos con el medallero, donde están los músicos de verdad. El bronce sería para artistas como George Michael, que con el tema Freedom habría bastado ya que la segunda se hizo tan eterna como innecesaria, los Pet Shop Boys, que tuvieron su momento y su música no ha envejecido demasiado bien, Take That, que fueron los penúltimos en salir y cuya actuación dejó indiferente hasta sus ya cada vez menos fans, y Fat Boy Slim, que animaron el cotarro con clásicos que nos llevaron a la adolescencia de muchos de nosotros. En este tercer cajón también podría poner a las Spice Girls, que aparecieron en cinco taxis en lo que prometía ser una gran actuación y se quedó en poco. Pero se llevan medalla por respeto a la pubertad de muchas de las que hoy son nuestras hermanas, novias o mujeres.
En el segundo peldaño, en las medallas de plata, el nivel, como es obvio, sube. Aquí se podría poner a grupos como Madness, que fueron de los primeros y demostraron que su clásico Our House ha sabido sobrevivir con mucha dignidad al paso del tiempo, Annie Lennox, que pese a toda la parafernalia demostró que cuando hay talento la edad no es un problema, Kaiser Chiefs, que llegaron en moto con los mods para rendir homenaje a The Who con su Pinball Wizard, y Muse, que, sin bien es cierto no son del todo de mi agrado, he de reconocer que su actuación fue notable. Tal vez demasiado endiosados, pero correctos y con buen sonido.
También podrían llevarse la plata Brian May y Roger Taylor, que aparecieron junto a una pantalla (como había sucedido anteriormente con John Lennon y su Imagine) en el que se podía ver al gran Freddie Mercury. La enésima exhibición del guitarrista quedó demasiado grande a Jessie J., que se atrevió con el We Will Rock You y el tema no terminó de explotar como debía. Y también se lleva el metal ¿Pink Floyd?. Ed Sheeran hizo las veces de David Gilmour para el clásico Wish You Were Here de una banda donde sólo estaba Nick Mason a la batería. Momento mágico pero sin demasiado efecto.
Y vamos con los que se llevaron el oro. El primero de ellos, Eric Idle, que nos deleitó con una divertida actuación del Always Look On The Bright Side Of Life de La vida de Brian que consiguió crear un coro en todo el estadio. También se llevaría el primer premio Ray Davies, el cantante de los infravalorados The Kinks que salió para cantar Waterloo Sunset y cuyo lugar en el setlist debía haber sido retrasado mucho más. Y, por último, The Who, una de las más grandes bandas de la historia, que empezaron con su clasicazo Baba O'Riley nada más apagarse el pebetero, para continuar con See Me, Feel Me y acabar con el himno My Generation. En defintiva, que los más mayores dieron una lección a los más jóvenes de lo que es la verdadera música. Por si es que hacía falta...
PD: Y no, no me he olvidado de la mayor decepción de la noche: Liam Gallagher. El que fuera cantante de Oasis hizo un ridículo bastante espantoso al atreverse con Wonderwall sin su hermano Noel y junto a su nueva banda Beady Eye. El tono de su voz fue tan lamentable que su cada vez menos popularidad volvió a quedar en evidencia. Parece que ni una cita como la de ayer motiva a un cantante que pudo ser mucho más, y no fue. Una lástima.
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